Poema para la gente, esta semana en “Al Trasluz”

Antonio Gil despide el curso recordando que a pesar de la situación no hay que olvidar que "Jesús camina entre nosotros"

ANTONIO GIL

Sacerdote

 

Vamos a vivir, estamos viviendo ya, un verano difícil, muy difícil. Pero hay algo importante que no podemos olvidar porque ilumina nuestros pasos y nuestros horizontes: "Jesús camina entre nosotros como lo hacía en Galilea. Él pasa por nuestras calles, se detiene y nos mira a los ojos, sin prisa. Su llamada es atractiva, es fascinante".

En este último número de nuestra revista diocesana, en el curso pastoral 2019-2020, me gustaría evocar un bellísimo poema dedicado a la gente que cruza la calle. Ahora, en un contraste más de flagrantes desigualdades, todos los semblantes son iguales. Detrás de cada mascarilla, late un corazón, vibra una vida, se busca la felicidad. ¡Si pudiéramos detenernos un momento y escucharles!

 

"Hay gentes que habitan mi existencia

y ponen en mis días esperanza, encuentro o fiesta.

Hay rostros que me hablan de Ti, Señor,

de tu reino, de lazos que nos unen

y soledades que se disipan.

Hay instantes de risa,

y momentos de quietud y de calma.

Hay heridas que me recuerdan

todo lo que está por hacer".

 

Que María, la "influencer de Dios",  "la chica de alma grande, que se estremecía de alegría, la jovencita con los ojos iluminados por el Espiritu Santo", como la llama el papa Francisco, nos acompañe en este verano difícil y esperanzado.

 

 

 

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