“No apartes el rostro del pobre”, por el sacerdote Antonio Gil
La VII Jornada Mundial de los Pobres centra el artículo editado por el sacerdote Antonio Gil en su sección de "Al trasluz"
Casi al final ya del Año litúrgico, nos llega la VII Jornada Mundial de los pobres, “una cita que la Iglesia va arraigando poco a poco en su pastoral, para descubrir el contenido central del Evangelio”. Instituida por el papa Francisco, quizá como eco de aquellas palabras que le dijo el cardenal Hummes, “no te olvides de los pobres”, tras ser elegido Papa en el cónclave de 2013, y que este año tiene como lema “No apartes tu rostro del pobre”. En su Mensaje, el Papa nos ofrece tres hermosas reflexiones.
Primera, la bellísima historia del Libro de Tobías, con los consejos de un sabio anciano a su hijo: “Acuérdate del Señor todos los días de tu vida, hijo mio… Ve a buscar entre nuestros hermanos deportados a algun pobre y tráelo para que comparta mi comida. No apartes tu rostro de ningún pobre” (4,7).
Segunda, “vivimos un momento histórico que no favorece la atención a los más pobres”, afirma el Papa. “La prisa, compañera cotidiana de la vida, impide detenerse, socorrer y hacerse cargo de los demás. No basta ofrecer dinero para que otros hagan caridad. Hemos de “implicarnos” nosotros, en primera persona”.
Tercera, el papa Francisco nos expone en su Mensaje, las “nuevas formas de pobreza” de nuestro tiempo: “Las poblaciones que viven en zonas de guerra; las “especulaciones” que llevan a un dramático aumento de los costes que vuelven a muchísimas familias aún más indigentes; el desorden ético; el trato deshumano a tantos trabajadores y trabajadoras; el flagelo de la precariedad; las excesivas victimas de accidentes…”. Espléndida Jornada para que “la lámpara de nuestra caridad alumbre y alegre a todos”, como decía Santa Teresa del Niño Jesús.