Navidad, en la casa de acogida Madre del Redentor

Los voluntarios y trabajadores de la Casa acompañan en estas fechas a 40 personas sin hogar. Ellos intentan hacerlos sentir como en familia y les preparan menús especiales, adornan la casa y cantan villancicos

Desde Cáritas Diocesana cuentan cómo  viven las Navidades en la Casa de acogida “Madre del Redentor”. En esta época tan especial para todas las personas es necesario que tomemos conciencia de que existen muchas realidades que no entran dentro de la típica imagen de felicidad navideña. En la casa de acogida residen 40 personas que no tienen familia o que la relación con estas no les permite compartir una comida o cena de Navidad, ni reunirse con sus seres queridos.

Para poder acompañar a las personas que viven en la casa y poder fomentar este ambiente navideño, todos los meses de diciembre desde hace cuatro años, realizamos un taller de decoración navideña para poder vestir las zonas comunes con diferentes elementos realizados por las personas de la casa. Además las personas acogidas montan un gran belén y un nacimiento con ayuda de las hermanas de la casa, personas voluntarias y trabajadoras. Un nacimiento y un árbol de Navidad presiden la entrada de la casa.

También se realizan menús especiales para los días 24, 25, y 31 de diciembre y 1 y 6 de enero. En estos días se degustan productos diferentes a los habituales y platos más elaborados. Se come queso, jamón, croquetas de setas, canapés variados, langostinos, arroz con secreto ibérico, salpicón de marisco, costillas de cordero al horno, mousse de chocolate… En el ala de baja exigencia y en la UVI social también hay un menú especial y en ambos lados nos tomamos las uvas para iniciar el próximo año con nuevos deseos y propuestas de felicidad.

Los villancicos forman parte de esta especial rutina y las personas voluntarias vienen a compartir algún ratito de charla y encuentro para amenizar estos días.

El día 6 de enero intentamos que los Reyes pasen por la casa y todas las personas puedan tener un detallito además de comer el tradicional roscón de Reyes.

No obstante, desde Cáritas que lo más importante es que las personas que viven allí sientan esta casa como la suya y a todos los trabajadores y voluntarios como parte de su familia.  Y esto es una tarea del día a día que hay que tienen que cuidar, además de seguir trabajando para que los derechos humanos se cumplan en todos los lugares y se consiga que todas las personas tengan un hogar digno y feliz.

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