“Me gustaría que mi vida fuera sólo para Él”

Dos años y medio lleva este joven de Ciudad Real en la casa de formación que Hogar de Nazaret en Puente Genil. A sus 20 años, Jesús nos cuenta qué pasó en su vida, cómo espera en el Señor y qué está pasando en un presente marcado por la oración, la eucaristía, la formación, y sus tareas apostólicas con los niños y las familias.

Vida consagrada3Iglesia en Córdoba.- ¿Qué pasó en su vida para que se consagrara a Dios?

Jesús Lérida Nieto.- Sin duda, Dios habla en los acontecimientos que van sucediendo. No puedo decir que me haya apartado nunca del seno de la Iglesia, por lo menos aparentemente. Recuerdo que hacía mis prácticas de piedad, y era casi de misa diaria, pero cuando salía era otro más.

Conocí un grupo de jóvenes que querían seguir de verdad a Jesús y lo seguían muy de cerca. Eran jóvenes de verdad con valores y que amaban verdaderamente a la Iglesia. Pero el Señor, no tenía preparado ese sitio para mí.

Era una tarde de abril, terminaba un examen y ahora sé que el Señor puso en mi mente la idea de ir al Hogar de Nazaret, al que había asistido pocas veces más, a ayudar a los niños. Cuando llegué me recibió una de las hermanas, y me invitó a hablar con ella. No puedo recordar exactamente lo que hablamos, pero si recuerdo que salí con el propósito de hacer oración y con una alegría en mi corazón. Después vinieron convivencias, trato con el Señor, visitar más a menudo el Hogar… y pronto, en lo oculto del corazón el Señor puso en mi corazón su voluntad. Sin duda fue Él el que tuvo la iniciativa, el que me quiso escoger para ser sólo suyo.

IeC.- ¿Cómo se tomó su entorno -familia y amigos- su opción vocacional?

JLN.- Creo que para mi familia es un momento difícil, les cuesta entender que el Señor pida todo de mí. Unos amigos se lo tomaron bien y otros simplemente se limitaron a respetar la decisión, no creían que esto iba tan enserio. Aunque no faltaron por parte de algunos sugerencias para dejar esto para más tarde como por ejemplo el hacer una carrera, el esperar a ser mayor para pensarlo mejor…Pero el Señor es más fuerte que todo eso.

IeC.- ¿Cómo piensa será su vida como consagrado?

JLN.- No habrá cosas grandes,  será una vida sencilla,  de pequeños detalles en el Hogar que Dios tenga preparado para mí en cualquier lugar, cuidando de los niños que Él quiera poner en nuestras manos y me gustaría que fuera una vida sólo para Él, en bien de su Iglesia y el anuncio de su Palabra.

IeC.- ¿Qué es lo que más le atrajo de la vida de su fundadora?

JLN.- Tenemos la suerte de que nuestra fundadora todavía está con nosotros. Es una mujer de Dios, como pocas en este tiempo. Nunca da nada por perdido porque confía en la Misericordia, sabe muy bien que las cualidades que pueda tener son de Dios y las pone al servicio de la Iglesia y de la comunidad. Es una mujer orante, que “rumia” la Palabra de Dios… Lo que más destaco de ella es la confianza en la Misericordia, lo que le hace ser una mujer llena de paz, que sabe transmitir.

IeC.- ¿Qué le diría a un joven que se está planteando una posible vocación?

JLN.- Le repito las palabras de San Juan Pablo II: “No tengáis miedo”. Conozco las tentaciones que pueden surgir, el pensar que tal y cómo soy Dios no me puede llamar…pero una de las cosas que estoy aprendiendo cada día más a fondo es que Dios no busca corazones perfectos sino corazones dispuestos a que Él transforme su vida, aunque con mil debilidades y heridas en el corazón. Dios necesita jóvenes valientes que queramos escalar las altas cimas de la santidad.

Y para esto hay una receta magnífica, que es encomendarse a la mujer que más conoce al Señor, es la Virgen María. Ella intercederá ante Él para que nos conceda la fuerza necesaria.

IeC.- Lo más bonito de ser consagrado es…

JLN.- La libertad de no ser esclavo de ningún “señor” sino de Dios, de no tener nada y tener sólo a Dios, de amar sin límites y de entregarse hasta el último aliento…. La libertad de entregar la vida al que es la Vida.

IeC.- Si desea añadir algo, contar algo más lo puede hacer…

JLN.- Hacen falta jóvenes dispuestos a ser santos, a entregarse y no pensar en sí mismos. “Pidamos al dueño de la mies que mande obreros a la mies”… hay tantos niños que están esperando ser atendidos, tantas personas que necesitan encontrarse con el Señor, que necesitan un testimonio de un consagrado fiel que no se guarda nada para sí.

HOGAR DE NAZARET

  • Fundado por María del Prado Almagro en 1978, desde sus inicios está en Córdoba y el “Hogar” en Puente Genil se funda en 2010.
  • En Córdoba hay 2 hogares con 3 consagradas, en Puente Genil 1 hogar con 5 miembros: 1 sacerdote consagrado, 1 laico consagrado, 1 consagrada y 2 jóvenes en formación. En la casa pontanesa atienden directamente a 7 niños y colaboran con sus familias en el apoyo escolar; también se realiza labor pastoral: catequesis de confirmación de adultos y jóvenes en parroquias de Puente Genil y Jauja, grupos de matrimonios en el Hogar y en parroquias, grupos de padres, madres, jóvenes e infancia misionera.
  • Otras casas de Hogar de Nazaret: Chiclana –Cádiz-, Sevilla, Granada, Valdepeñas -Ciudad Real-, Toledo, Madrid y Esmeraldas –Ecuador-. Entre todas las casas hay 26 consagrados, 3 jóvenes en formación -2 chicos y 1 chica-, además de los miembros asociados.
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