El secreto de la felicidad por Antonio Gil

El sacerdote y periodista recuerda en su artículo de "Al trasluz" que el gran horizonte de nuestras vidas es la felicidad

Antonio Gil

Al cierre del curso pastoral en nuestra revista diocesana, hasta septiembre, sería bueno recordar y recordarnos que el gran horizonte de nuestras vidas es la felicidad. "Y tú, ¿qué quieres ser en la vida?", le preguntaron a un chico universitario, en un retiro espiritual. Sin dudarlo un momento, respondió: "Yo lo que quiero es ser feliz". El problema está en elegir los verdaderos caminos para alcanzar la felicidad. En un libro espléndido, que lleva por titulo "Dos regalos maravillosos", de Cristián Sahli, sacerdote, doctor en Derecho, se nos ofrece el secreto, la verdadera clave de la felicidad: "Somos felices cuando nos convertimos en un don para los demás". Es cierto. Al querer a otros, entregando generosamente todo lo nuestro, entendemos que "hay mayor felicidad en dar que en recibir", como se nos dice en los Hechos de los Apóstoles (20, 35).

A veces, muchas veces, nos confundimos y creemos que el secreto de una vida feliz está en el éxito humano, en la acumulación de bienes materiales, en los viajes, en los planes de fin de semana, o en las actividades más originales o peculiares que alguien pueda imaginar. Nos equivocamos. Como dice hermosamente Cristián Sahli, "la felicidad está en dejarse querer por Dios y en amar al prójimo como él lo ama". Ojalá, en este tiempo de descanso, descubramos esa felicidad que el hombre anhela y que, en tantos momentos, solo se centra en "pasarlo bien". Ojalá descubramos la felicidad de ofrecernos  siempre a los demás como "fraternal regalo de amor".

 

COMPARTIR EN REDES SOCIALES