“El santo crisma es vehículo del Espíritu Santo”

El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha presidido la solemne Misa Crismal este Martes Santo en la Santa Iglesia Catedral con doscientos presbíteros de la Diócesis de Córdoba, que han celebrado la renovación de las promesas sacerdotales

El Obispo de Córdoba ha dirigido hoy al presbiterio de la diócesis cordobesa la homilía de la Misa Crismal con la que cada Martes Santo se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos administrados en los principales sacramentos durante todo el año. Doscientos presbíteros de la diócesis de Córdoba han renovado en esta celebración las promesas sacerdotales.

Durante su homilía el prelado ha recordado que esta celebración es una de las más bellas del Año Litúrgico y ha añadido que “en nuestro bautismo recibimos la unción del Espíritu Santo que nos hace hijos de Dios y testigos de Jesucristo en el mundo”. El obispo ha continuado afirmando que será el Espíritu Santo el que “mueva nuestra vida y transforme nuestro corazón para llegar a ser quien Dios quiere que seamos”.

Los presbíteros congregados en la Santa Iglesia Catedral de Córdoba han sido invitados por el Obispo a renovar la promesa por la que un día decidieron darle todo al Señor, “es día de renovar nuestro deseo de santidad”, les ha transmitido monseñor Demetrio Fernández, al tiempo que compartía con ellos el sentido de la llamada al sacerdocio, que incluye entregar toda tu vida, porque “Jesucristo nos pide el don de nuestra vida completa y nos confía su misericordia y perdón”.

El sacerdocio es posible gracias a la acción del Espíritu Santo, ha afirmado, y es “el mejor regalo de bodas que Cristo ha hecho a su Iglesia”.

El Obispo ha tenido presentes palabras de San Juan de Ávila que están vigentes en la actualidad, “la reforma de la Iglesia vendrá por la reforma del clero y el fervor de los seminarios”. Así, ha explicado ante los presbíteros que cualquier cambio en la Iglesia “se hará por el deseo de santidad de muchos sacerdotes”.

El Obispo ha recordado a los diáconos y seminaristas que el Señor los ha llamado para que le entreguen la vida entera: “Él se fía de ti, no se equivoca, te da su misericordia y nunca falla”. Es importante que haya sacerdotes para la Diócesis y “pedimos que así sea para siglos, es nuestra responsabilidad” ha apuntado, ya que los sacerdotes “impregnan del buen olor de Cristo la sociedad en la que vivimos, la presente y la futura”.

“Alivio” es la palabra que define al óleo de los enfermos que hoy ha bendecido monseñor Demetrio Fernández. Muchos enfermos de la Diócesis recibirán, a través de los sacerdotes, “el alivio del aceite consagrado”. El óleo de los catecúmenos el prelado lo ha definido como “valentía en la lucha contra el mal”. Ha terminado explicando que la consagración del santo crisma, que por el soplo del Espíritu Santo será “vehículo transmisor del Espíritu Santo” y ungirá a los bautizados, confirmados y ordenados.

Terminada la homilía los presbíteros han renovado sus promesas sacerdotales y el Obispo ha bendecido el óleo de los enfermos, el de los catecúmenos y el santo crisma.

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