“Dejemos que Dios nos quiera y nos transforme“

El obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, impone la ceniza a los fieles en el inicio de la Cuaresma

 

La Santa Iglesia Catedral ha acogido la celebración del Miércoles de Ceniza con una eucaristía presidida por el Obispo, Mons. Demetrio Fernández, y concelebrada por el cabildo catedralicio, dando así comienzo a la Cuaresma.

En su homilía, el prelado ha recordado que “la Iglesia nos convoca a la conversión, a prepararnos a la fiesta de la Pascua y a considerar en primera persona la misericordia de Dios”.

Con el inicio de la Cuaresma, la Iglesia nos pone cuarenta días de preparación y nos ofrece otros 50 días tras la Pascua. En este sentido, el Obispo ha instado a los fieles a convencerse que la vida cristiana es dejarse mirar y reconciliar por Dios: “Tenemos que contemplar que la misericordia de Dios no tiene fin, y por tanto, tu vida tiene arreglo”. El tiempo de Cuaresma es “creer que nuestra vida puede cambiar”, ya que “Dios siente celo por su pueblo y es Él el que nos convoca y nos introduce en la Cuaresma”.

“Contemplemos una vez más la misericordia de Dios. No nos cansemos, porque es esa misericordia y el amor de Dios lo que nos puede cambiar y donde se apoya la vida cristiana”, ha asegurado el pastor de la diócesis. Al mismo tiempo, ha instado a los fieles a comenzar la Cuaresma con sentido penitencial, con Jesucristo en el centro y creciendo en las tres pautas de este tiempo litúrgico: oración, ayuno y limosna. “Entremos en el tiempo de Cuaresma con este gesto de recibir la ceniza, un gesto de humildad auténtica y verdadera, que nos recuerda que no somos nada, es Dios el que se ha encaprichado con cada uno de nosotros, dejémosle que nos quiera y nos transforme”. Con estas palabras ha concluido el Obispo su homilía para imponer seguidamente a los fieles la ceniza en el templo principal de la Diócesis.

 

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