Carlos de Foucauld, “explorador místico”

Benedicto XVI lo beatificó en 2005 y la canonización tendrá lugar el próximo domingo, 15 de mayo

La silueta de Carlos de Foucauld, su canonización este 15 de mayo, su búsqueda de Dios, su conversión, su conocida Oración del abandono, constituyen una invitación a bucear en su vida, a descubrir los secretos de su honda espiritualidad. Margarita Saldaña, en su libro "El Hermano inacabado" nos ofrece, no sólo la vida de Carlos de Foucauld, a grandes rasgos, sino los latidos más intensos de su corazón. Durante su adolescencia, deja a un lado la fe, pero una peligrosa exploración en Marruecos, en los años 1883-84, provocó en él una pregunta: "¿Existe Dios? Dios mío, si existes, permíteme conocerte". De regrerso a Francia, De Foucauld se lanzó a la búsqueda y pidió a un sacerdote que lo instruyera. Luego peregrinó a Tierra Santa y allí, en los lugares de la vida de Cristo, encontró su vocación: "Consagrarse totalmente a Dios, imitando a Jesús en una vida oculta y silenciosa".

Se instala en Tamanrasset, vive en oración, al servicio de todos, cristianos, musulmanes, ateos. El 1 de diciembre de 1916, unos bandidos asaltan su casa y le matan. Carlos de Foucauld nos ha dejado, como testamento espiritual, su hermosa plegaria: "Padre, me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras. Sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo. Lo acepto todo, con tal que tu voluntad se cumpla en mi. No deseo nada más, Padre. Te confío mi alma".

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