“Cada día le pido a Dios que nunca dude de su amor”

Entrevista a Tomás León, superior de la comunidad de carmelitas en Hinojosa del Duque.

El Padre Tomás León González es el superior de la comunidad de carmelitas de Hinojosa del Duque y el actual párroco de San Sebastián en esta localidad. A sus 71 años, y tras 54 años de consagración, tiene una larga experiencia que le ha llevado desde el noviciado en Jerez de la Frontera, sus estudios en Osuna y Salamanca, donde fue ordenado sacerdote, pasando por su experiencia de itinerancia en el Camino Neocatecumenal en las diócesis de Granada y Málaga, y un año en Estados Unidos, y su paso por las comunidades carmelitas de Jerez, Córdoba, Sevilla, Madrid e Hinojosa en tareas de parroquia y enseñanza.

Iglesia en Córdoba: ¿Qué pasó en su vida para que se consagrara a Dios?:

Tomás León: Muy sencillo. Con 10 años me trajeron al Seminario Menor Carmelita de Hinojosa, donde poco a poco fue creciendo mi deseo de consagrarme como Carmelita.

IeC: ¿Qué recuerdo tiene del día de su consagración?

TL: Fue en septiembre de 1960. Recuerdo el día de mi profesión religiosa con gran alegría y, contando con la ayuda del Señor y de la Virgen María, nuestra Madre del Carmen, y la oración de los hermanos, poder vivir mi consagración al servicio de la Iglesia en la Orden Carmelita.

IeC: ¿Qué le pide a Dios en su oración de cada día para desempeñar su servicio?

TL: Que no dude nunca de su amor, pues como dice San pablo, el me amó y dio su vida por mi, siendo un pecador.

IeC: Un recuerdo de su vida consagrada que jamás se le olvidará…

TL: El día que pude experimentar que Dios me amaba gratuitamente tal como era, no por lo que yo hiciera o dejara de hacer.

IeC: Y de la fundación de los carmelitas ¿qué podemos decir?

TL: Si consideramos a San Elías y a la Virgen María como inspiradores de la Orden… nos encontramos con el celo de Elías por el Dios único y el sacrificio en el Monte Carmelo. Y mirando a la Virgen María, contemplamos las palabras de la Anunciación: “He aquí la Esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”, (Lc 1,38) que hicieron posible la Encarnación del Hijo de Dios.

IeC: ¿Qué hace usted en un día normal?

TL: Lo normal, rezar con la comunidad, y atender a la pastoral de la Parroquia en sus distinta necesidades, evangelización, sacramentos, cofradías, hermandades, comunidades neocatecumenales, Cáritas, enfermos…

IeC: Lo más bonito de ser consagrado es…

TL: La alegría de vivir contento, aún en medio de los sufrimientos, sabiendo que Dios me quiere y que la Cruz siempre es gloriosa.

CARMELITAS DE LA ANTIGUA OBSERVANCIA

Los Carmelitas descienden de los cruzados establecidos en el Monte Carmelo a finales del siglo XII o principios del XIII.  Pasado algún tiempo, este grupo de eremitas, para vivir reunidos en una comunidad de hermanos, piden una regla de vida a Alberto, Patriarca de Jerusalén, el cual se la entrega entre los años 1.206-1.214. Notas peculiares de la espiritualidad del Carmelo son sus figuras inspiradoras: el profeta Elías y la cercanía a Santa María, lo que le da a esta orden un profundo carácter mariano.

A su paso a Europa, la Regla fue sucesivamente aprobada por diversos papas, recibiendo la aprobación definitiva de Inocencio IV en 1.245. Esta aprobación posibilitó que los carmelitas se entregaran al servicio de la Iglesia siguiendo el ideal común de las órdenes de fraternidad apostólica o mendicantes.

Además de la comunidad de Hinojosa, los Carmelitas de la Antigua Observancia cuentan además con otra casa en Córdoba, donde regentan igualmente una parroquia, la del Carmen.

 

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