Los nuevos sacerdotes esta semana en Al Trasluz

El obispo de la diócesis, monseñor Demetrio Fernández, ha ordenado nuevos sacerdotes, todo un acontecimiento eclesial que nos llena de júbilo y de esperanza

Sus siluetas relucientes en el altar mayor de la Catedral, sus manos consagradas, el ofrecimiento generoso de sus vidas, nos hace recordar el fascinante pensamiento de san Juan Crisostomo: “Los sacerdotes deben brillar por su vida moral más que el sol. El alma del sacerdote debe ser más pura que los rayos del sol para que el Espíritu Santo no lo abandone jamás y pueda decir: “No soy yo el que vivo, sino que es Cristo quien vive en mi” (San Juan Crisóstomo, El sacerdocio, VI, 1).

Las palabras del obispo dejaban traslucir tres deberes urgentes, para todos los sacerdotes: Primero, ser portadores de Dios, conscientes de que sin oración no se puede hacer misión; segundo, ser contemplativos de la Palabra, que ofrece siempre el verdadero humanismo; tercero, ser fieles servidores del misterio del amor de Dios, recordando que los sacerdotes somos mediadores de Cristo.

Benedicto XVI, hablando a los sacerdotes, ha rescatado una palabra muy importante: “el celo por las almas”. Y se preguntaba: “Nosotros, sacerdotes, ¿tenemos celo por las almas? ¿Nos interesan las almas? ¿Nos interesa el destino eterno de las personas que tenemos delante?". Nuestra felicitación más entrañable a los nuevos sacerdotes, recibiendo su bendición.

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