Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino. Día del Seminario 2022

En torno a la fiesta de san José celebramos el Día del Seminario. Este año, sábado 19 y domingo 20 de marzo, para transmitir a toda la Iglesia la necesidad perentoria de sacerdotes para nuestras comunidades cristianas, para nuestras parroquias, para la Iglesia en nuestro entorno y para la Iglesia universal.

Necesitamos sacerdotes, necesitamos más sacerdotes, necesitamos sacerdotes según el corazón de Cristo, que prolonguen su presencia hoy entre los hombres y ayuden a los fieles cristianos a caminar hacia el Señor. Necesitamos sacerdotes en medio del Pueblo de Dios que celebren la Eucaristía, que administren el perdón de Dios, que acompañen y aconsejen a niños, jóvenes y adultos, que estimulen la caridad cristiana a todos los niveles. El sacerdote es una pieza insustituible en la comunidad cristiana fundada por Jesucristo, en su Iglesia.

Para constituir su Iglesia, Jesús llamó a los Doce, los llamó por su nombre y los hizo sus compañeros de vida y de misión, los capacitó para la evangelización, para que anunciaran en su nombre el evangelio de la salvación, el evangelio de la misericordia y del perdón, el evangelio de la fraternidad universal y del amor fraterno. Y les dio poder para expulsar demonios. Así lo presenta el Evangelio Mc 3, 13-15 y así continúa siendo en el día de hoy. No podemos pensar, por tanto, en una Iglesia sin sacerdotes. Y allí donde la Iglesia no tiene suficientes sacerdotes, la vida cristiana languidece.

Porque no podemos pensar en una Iglesia sin Eucaristía, una Iglesia sin el perdón sacramental de Dios a los hombres, una Iglesia en la que no se predique el Evangelio. Y en esa Iglesia, la que Cristo ha fundado, el sacerdote es una pieza fundamental. No se trata de ningún clericalismo, que podría haberlo y hemos de luchar contra el mismo. Se trata de la esencia de la Iglesia, que sin sacerdotes no sería la Iglesia de Cristo, nuestro Señor.

Este año, el lema para el Día del Seminario reza: “Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino” refiriéndose al camino sinodal en el que estamos sumergidos como Iglesia diocesana y universal. En ese caminar juntos al encuentro del Señor y de los hermanos, no podemos hacerlo en solitario. Hemos de ir juntos, en grupo, en comunidad, en parroquia, en Iglesia. Y en esa Iglesia en camino todos tenemos nuestro lugar, nuestra vocación y nuestra misión. El sacerdote debe reconocer y alentar la vocación y la misión de todos y cada uno de los demás miembros del Pueblo de Dios, como el padre de familia alienta la vida de todos los miembros de la familia. Y todos los miembros del Pueblo de Dios han de reconocer que, sin sacerdote, no tienen Eucaristía ni perdón sacramental. Y no vamos a cambiar ahora la constitución de la Iglesia, como pretenden hoy algunos. Esta no sería la Iglesia de Cristo el Señor.

Si el sacerdote está al servicio de una Iglesia en camino, es momento de que todos los caminantes reconozcan esta compañía, este acompañamiento de Jesús en nuestro caminar. Él nos explica las Escrituras y parte para nosotros el Pan. Él prolonga su presencia y su acompañamiento entre nosotros por medio del sacerdote especialmente, al que constituye su ministro por el sacramento del Orden.

La Campaña del Día del Seminario viene a recordarnos a todos que en nuestra diócesis de Córdoba tenemos hoy un total de 60 seminaristas en el Seminario San Pelagio, Mayor (33) y Menor (12), y en el Redemptoris Mater del Camino Neocatecumenal (15). Ellos necesitan nuestro apoyo, nuestra oración, nuestra limosna, nuestro reconocimiento. Este año para junio podré ordenar 5 nuevos presbíteros para nuestra diócesis, y le damos gracias a Dios por esta cosecha siempre grata. Pero necesitamos más sacerdotes, y por eso pedimos al Dueño de la mies que mande más obreros a su mies.

 

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

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